A nivel educativo el voleibol cuenta con unas características que le hacen muy especial. En primer lugar es un deporte de máxima dificultad porque demanda un gran dominio de las trayectorias aéreas de la pelota y por tanto una gran percepción espacio-temporal que permita a los practicantes reaccionar en muy poco tiempo. En segundo lugar, es una disciplina que elimina el contacto entre equipos y requiere mucha coordinación y disciplina entre los propios compañeros. Todos estos aspectos hacen que el voleibol sea un deporte que en el ámbito escolar se empiece a practicar una vez que los niños ya han desarrollado las capacidades físicas básicas y además presentan cierta madurez para entender las dificultades que se les plantea. Estas características generan el escenario ideal para trabajar valores como el trabajo en equipo, el liderazgo, el respeto, la responsabilidad, la autosuperación y el compromiso.
Tenemos en cuenta que cada deportista presenta un ritmo de aprendizaje diferente y que es posible que cada uno tenga unos conocimientos previos en relación con el voleibol muy diversos. Por este motivo, durante el curso proponemos diferentes juegos, ejercicios y situaciones de partido que permiten trabajar los aspectos técnicos y tácticos de forma progresiva con el objetivo de poder participar en partidos y en una competición regular. En este sentido siempre intentamos conseguir el máximo rendimiento individual y colectivo manteniendo la diversión y motivación por la actividad.
